LA ARQUITECTURA TRANSPARENTE, OTRA MANERA DE CONSTRUIR
Un poco de Historia
El vidrio fue descubierto hace tres mil años en la zona de Oriente Medio. Fue a partir del siglo XV cuando se empezó a utilizar de forma general en ventanas y otras aberturas. Pero no es hasta el siglo XIX cuando este material alcanza su verdadero protagonismo, al avanzar las técnicas arquitectónicas, con la llegada de las estructuras enmarcadas: primero, de hierro colado; y, después, de acero. Podemos señalar que estas innovaciones catapultaron el uso del vidrio y, con ello, la arquitectura transparente.
El siglo XIX: el inicio de esta arquitectura
En 1851 llega la Gran Exposición Mundial a Londres y, con ella, se propone un concurso para diseñar un edificio para tal evento. Fue Joseph Paxton quien, finalmente, se adjudicó este proyecto y nació el Crystal Palace. En su momento, fue una demostración del uso de los nuevos materiales y tecnología, pues se utilizaron paneles de vidrio prefabricado y hierro estructural.
Le siguieron otros edificios similares representativos de esa época en España, como el Palacio de Cristal del Retiro y Palacio de Cristal de la Arganzuela.
El siglo XX y sus diseños increíbles
Una nueva hornada de técnicos en interiorismo y arquitectura llegan con diseños increíbles. Sus obras pasan de ser curiosidades arquitectónicas a verdaderas obras de arte. Diseños diáfanos, limpios, integrados en entornos naturales y fundiéndose con ellos. Obras vanguardistas que marcarán a generaciones de arquitectos.
Phillips Johnson sorprende, en 1949, con una casa completamente transparente. Una caja de cristal mimetizada con un bosque de robles y arces, en Connecticut.
En 1950, Harry Siedler, un arquitecto austríaco emigrado a Australia, diseña la casa Rose Siedler, bautizada así en honor a su madre.
Otras relevantes son la Casa das Canoas, de Oscar Niemeyer, en Brasil, integrada en la selva; o Casa Estudio de Charles y Ray Eames, en California.
Obras diseñadas para deleitarnos.