El primer electrodoméstico en el que pensamos cuando hablamos de preparar nuestro desayuno es, sin lugar a dudas, la tostadora. Este pequeño artilugio es todo un clásico de cualquier hogar y seguro que ocupa un lugar privilegiado en tu cocina de Sant vicenç dels horts.
Durante mucho tiempo mantuvo un diseño estándar y las mismas funciones, dado que no se le prestaba mayor atención. Sin embargo, las marcas más prestigiosas, han decidido darle una vuelta a este producto, aportándole nuevas prestaciones. Todo ello sin olvidar que el objetivo es poder tomar nuestro pan como si estuviera recién hecho, dotándole del calor y el nivel de crujiente específico para cada consumidor.
Entre las grandes evoluciones que ha sufrido la tostadora, se encuentra la utilización de nuevos materiales para su fabricación, como son el acero o el aluminio. El omnipresente blanco ha dejado paso a colores oscuros o plateados que permiten combinarla más fácilmente con el resto de los aparatos presentes en la cocina. Además ha comenzado a usarse líneas más modernas y minimalista.
Las innovaciones también han llegado para ella, apareciendo los primeros diseños digitales que permiten escoger el tiempo de tostado que se desea, el programa concreto y el tiempo que falta para terminar el proceso. No obstante, si hay unas que sean nuestras preferidas, son las tostadoras multifunción. Además de permitir preparar hasta cuatro panes al mismo tiempo, gracias a que presentar más compartimentos para ello, podemos cocinar unos huevos o unas tiras de bacon en los pequeños fuegos que posee. Hasta, incluso, tendremos la posibilidad de prepararnos un delicioso té. Estas en concreto nos tienen totalmente enamorados, dado que su diseño imita la forma de una tetera.
Las problemáticas que encontramos en su uso y que consideramos que deben ser atendidas en futuras mejoras, se relacionan con el método de control del nivel de tostado. A pesar de que la mayoría cuentan con un dial que permite determinarlo, en la práctica, el resultado puede que no se ajuste a lo deseado. De modo que, en muchas ocasiones, nuestro delicioso pan termina chamuscándose.