El pensar en vivir en una casa prefabricada se consideraba, hasta hace unos pocos años, casi una aberración. Este tipo de construcciones eran valoradas negativamente por los consumidores, al asociarlas a situaciones de escasa solvencia económica. Además, existía la falsa creencia de que resultaban demasiado estandarizadas y poco resistentes.
Sin embargo, últimamente, en Damacri Fincas hemos observado cómo han ganada adeptos. Tal circunstancia es debida a lo asequible que resultan, en comparación con la construcción de una vivienda convencional, y la gran mejora que ha sufrido, en lo que respecta a los materiales y el diseño.
Este método se ha aplicado a construcciones de diversos tipos de edificios. No obstante, ha ganado una gran fuerza en la fabricación de viviendas unifamiliares. Seguro que recordarás haberlas visto en zonas vacacionales o espacios rurales. Al ser generadas de forma industrial, se controlan mejor los procesos, las técnicas a desarrollar y la calidad de los productos que se utilizan, dado que requieren pasar unos estándares mínimos. Además, se minimizan los tiempos y el coste que generan, fundamentalmente, porque no es necesario realizar gestiones de documentación ni requerir de los servicios de un arquitecto.
La principal diferencia entre una vivienda modular y las viviendas tradicionales, es que las primeras son construidas bajo techo, en un taller, para después ser transportadas al lugar de emplazamiento para ser edificadas. Este tipo de viviendas, pueden estar hechas de diferentes materiales, tanto de madera como acero u hormigón.
La gran ventaja que tiene este tipo de inmueble, es el ahorro. El hecho de que los bloques que conforman las paredes se fabriquen en cadena, provoca que los costes se abaraten considerablemente. Otra diferenciación positiva de las viviendas prefabricadas es que consumen menos energía que los inmuebles tradicionales y además se caracterizan por respetar mucho más el medio ambiente.
Entre los grandes inconvenientes que presentan, podemos encontrar varios. Los diseños que se utilizan para las casas más económicas resultan muy básicos. Al ser una opción menos habitual, existen más dificultades para lograr una financiación para su compra, lo cual dificulta su uso.